Las ciudades amuralladas

Morella
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MorellaCullaDéniaAlziraSegorbeDéniaPeñíscolaSant Mateu

Uno de los elementos constructivos que definen la época medieval es el amurallamiento de las ciudades.

El aspecto de las construidas durante los siglos XIII y XIV es muy parecido en todas las urbes. La mayoría estaban construidas en tapial, sistema que habían extendido los árabes. La muralla no sólo servía de sistema defensivo para la población. El recinto servía para controlar los accesos. De hecho, durante la noche, las puertas de la ciudad se cerraban impidiendo la salida y la entrada.

Las murallas solían disponer de un foso de defensa que las rodeaba y en la parte interior tenían un camino de ronda que permitía la comunicación y la vigilancia desde todos los puntos de la villa. De hecho, y como medida de protección, estaba prohibido construir casas pegadas al muro.

En numerosos lugares, debido a la expansión demográfica, se fueron superponiendo diversos anillos. Durante los siglos XVIII y XIX desaparecieron de la mayoría de las poblaciones dejando paso a un modelo de urbanismo más abierto, más higiénico (la muralla era un contenedor de suciedad) y de mayor fluidez circulatoria.

En la Comunitat Valenciana hay cuatro ciudades que conservan su estructura amurallada, Culla, PeñíscolaMorella y el poblado de Mascarell, en Nules, y otras seis que tienen lienzos significativos del antiguo recinto de protección de la población civil: Sant Mateu, Segorbe, Atzeneta del Maestrat, AlziraXàtivaDénia.

La ciudad de Jérica es la única que aún conserva restos de muralla y portales de acceso de los  dos anillos que la circundaban. 

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