Entrada de Toros y Caballos de Segorbe
La primera referencia escrita sobre esta costumbre data de 1386.
La primera referencia escrita sobre la Entrada de Toros y Caballos de Segorbe data de 1386, no haciéndose referencia alguna en ella a que se iniciara en dicho año ni a la antigüedad del mismo. Lo que sí se conoce es que por aquel entonces sólo había un toro, costeado por las carnicerías de la ciudad, turnándose para ello las carnicerías musulmana y la cristiana.
Las antiguas carreras se estructuraron en torno a la advocación de San Juan y San Pedro. Las fuentes documentales de esta fiesta ya son cuantiosas durante los siglos XVI y XVII y hablan de su celebración con motivo de acontecimientos religiosos, para ensalzar las virtudes del presbítero Francisco Jerónimo Simón o por la llegada a Segorbe de los restos de San Gabino.
Declarada de Interés Turístico Internacional y Bien de Interés Cultural Inmaterial, es un espectáculo único y singular en todo el territorio de la Comunidad Valenciana, que se puede disfrutar en la segunda semana de septiembre, de lunes a domingo, y a las dos en punto de la tarde. Trece jinetes a lomos de sus caballos, guían a seis toros bravos por el casco antiguo de la ciudad, en el que los animales se abren paso entre el público, sin barreras entre unos y otros, que se convierte en una auténtica barrera humana. La carrera termina en una plaza abarrotada de público que jalea a los jinetes y a los mozos que acompañan a los animales.
Entre 15.000 y 25.000 personas, en función del avance de la semana, se concentran diariamente para presenciar la popular entrada, que apenas tiene una duración total de noventa segundos.
La primera imagen fotográfica de una entrada de toros en Segorbe es de 1894, sacada por el fotógrafo francés Julio Derrey, que tenía establecmiento en la ciudad.
El Centro de Interpretación de la Entrada de Toros y Caballos permite, a lo largo de todo el año, revivir este sorprendente espectáculo ancestral.