Vilafamés: un enclave inexpugnable

Vilafamés: un enclave inexpugnable
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Para su conquista fue necesario urdir un engaño.

La conquista de Vilafamés no estuvo exenta de algún episodio rocambolesco. Por su estratégica situación, la fortaleza musulmana era casi inexpugnable y, al igual que habían hecho en Jérica, las huestes de Jaume I comandadas por Jaime Catalá de Monsonís, decidieron talar y quemar los cultivos para enfurecer a los moros y obligarlos a la confrontación en campo abierto.

Al no obtener el resultado deseado y viendo que los asediados resistían dentro de las murallas, un caballero francés, Jaime Dorils, elaboró la estratagema de disfrazarse de moro y sorprender, junto con otros seis compañeros más, a los vigilantes de las puertas de entrada, que no pudieron evitar la avalancha de los cristianos.

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