Castillo de Caudete

Castillo de Caudete
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La fortaleza tuvo una gran importancia estratégica por ser enclave fronterizo entre las coranas de Castilla y Aragón.

Buen acceso en coche: Vía asfaltada

El Castillo de Caudete fue, en origen, una fortaleza musulmana construida entre los siglos XI y XII. Sin embargo, es en época cristiana cuando el edificio adquiere su fisonomía actual.

Durante la Edad Media, este castillo tuvo una gran importancia estratégica para la defensa de la frontera, al ser la villa de Caudete territorio perteneciente a la Corona de Aragón y límite de frontera con el Reino de Castilla.

La fortaleza vive momentos de gran transformación a mediados del siglo XIV, durante la “Guerra de los dos Pedros”, que enfrentó a Pedro I de Castilla y a su hermano bastardo Enrique de Trastamara, siendo éste último apoyado por Pedro IV de Aragón. En esos momentos el Castillo de Caudete fue constantemente sometido a asedio castellano. En esa época se emprendería el chapado exterior de los muros en mampostería y el realmenado del edificio con merlones terminados en rectángulo y saeteras en la parte central para permitir el disparo con arco o ballesta.

En 1425, en ambiente prebélico, el rey Alfonso V de Aragón agregó la Villa y Castillo de Caudete al Patrimonio Real, para así defenderla mejor de las ambiciones castellanas y en 1429 la villa se ve asediada por las tropas castellanas en la denominada “Guerra de Castilla”. En esta época se refuerzan los muros con escarpias o pendiente. Según apunta Aurelio Pretel, esta guerra causaría enormes daños a lo largo de toda la frontera, donde Almansa y Caudete quedarían poco menos que arrasadas.

Los enfrentamientos bélicos se repiten a lo largo del siglo XV, provocando el deterioro de la fortaleza. Tras la unión de las coronas de Aragón y Castilla, esta fortaleza pierde su finalidad militar a partir del siglo XVI, lo que provocará su paulatino abandono.

Desde mediados del siglo XVIII (1740) hasta principios del XIX (1834) el edificio fue usado como cementerio de la parroquia de Santa Catalina.

La muralla aparece coronada con merlones terminados en prisma y saeteras en la parte central, que permitían a los soldados el disparo con arco o ballesta.

La muralla va adquiriendo grosor progresivamente desde las almenas hasta la base, formando pendiente. Esta técnica defensiva tenía como finalidad aumentar la resistencia del muro y protegerlo de los ataques de artillería accionada mediante pólvora, cuyo uso se generalizó en Europa a partir del siglo XV.

En su interior se conservan los restos de una cisterna de época cristiana, que proporcionaba abastecimiento de agua al castillo en caso de asedio. También contó en origen con cuatro torres, hoy desaparecidas.

 

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