Jardín de Santos
Jardín de Santos
No se conocen detalles históricos concretos de la historia del jardín, que fue hecho durante la segunda mitad del siglo XIX por Joaquim Rico (terrateniente del pueblo y hombre culto, con grandes conocimientos botánicos y amigo del pintor Cabrera) en una finca rústica que poseía esta familia ya desde finales del siglo XVIII, finca que recibe el nombre de Santos.
El Jardín de Santos, municipal desde 1987, junto al camino de cipreses que lleva del pueblo al paraje, constituye el sitio más insólito que se pueda esperar encontrarse en medio de la montaña. Se trata de un precioso jardín botánico con especies valiosas como tejos, cedros del Líbano, pinos pinsapo o magnolis. En el Jardín de Santos se encuentra, entre parterres y miradores, un laberinto y un estanque.