Ermita de Santa Ana







La ermita más antigua de la población está situada en las afueras del municipio, en dirección a la N-232 Vinaròs-Zaragoza. La primera piedra se colocó el 29 de agosto de 1441, concluyéndose las obras cinco años después. En el siglo XVII se construyó la capilla mayor y en el XVIII, el coro. El edificio, con cubierta a dos aguas soportada por tres arcos góticos, es de una sola nave rectangular y tiene un porche cerrado con tejadillo de madera. Anteriormente la ermita albergaba un valioso retablo -hoy desaparecido- representativo de la escuela pictórica del Maestrazgo.
La fiesta a Santa Ana, que tradicionalmente se viene celebrando el 26 de julio con misa en la ermita, está documentada al menos desde 1450 y gozaba de gran raigambre entre los feligreses, que lo festejaban con actos religiosos y profanos.