Oratorio de Portals Vells

Oratorio de Portals Vells
Oratorio de Portals Vells

Hasta finales del siglo XIX albergó la imagen de la Virgen de Portals, una de las figuras más veneradas de Calvià..

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Desde hace varios siglos, la imagen de la Virgen de Portals constituye una de las figuras más veneradas de Calvià.

En la cala de Portals Vells se ubica este oratorio que da nombre al lugar, inmerso en la incógnita sobre su origen.

La historia más sugerente es la menos probable. Data del siglo XV y cuenta como un navío genovés, que logró salvarse de una gran tempestad, decidió ofrecer como agradecimiento la figura de la virgen que portaba en el primer puerto en el que poder refugiarse. Este lugar fue Cala Figuera y en concreto la cueva que allí se encontró. Marineros, pescadores y feligreses de Calvià y de Palma alimentaron con su devoción la leyenda  en torno a su origen.

La otra versión, no documentada, está más relacionada con la presencia de mozárabes en Mallorca durante la dominación islámica.

El oratorio está dentro de una cueva de grandes dimensiones que se formó durante los trabajos de extracción de piedra y arenisca necesarios para la construcción de la catedral de Mallorca ("la Seu").

Entrando a la derecha están los restos del santuario. En primer lugar, se encuentra un arco conopial tallado en la roca, en cuyo interior se sitúa un nicho con la figura esquemática de un serafín en la parte superior. En el exterior del nicho, una corona y un rostro circular con flores a ambos lados, con el escudo de Mallorca, flanqueado por el sol y la luna y el anagrama de Jesús (IHS).

A su izquierda se sitúa la capilla, donde más tarde fue trasladada la imagen y a continuación un segundo nicho labrado en bajo relieve y enmarcado por un arco de medio punto.

Cada siete de septiembre, la Virgen era trasladada desde la cala de Portals hasta la parroquia de Calvià, donde se realizaban fiestas durante ocho días siendo después devuelta a la cala.

Durante el siglo XIX, el oratorio fue escenario de reuniones de familias de Calvià y de Santa Catalina, en las que se rezaba el rosario, comían juntas y finalizaban la fiesta con un baile típico al caer la tarde.

La imagen de mármol blanco, tallada en siglo XV, ha sufrido diversas intervenciones que le han hecho perder su traza original. Prueba de ello es la cabellera añadida que esconde sus trenzas originales.

A mediados del siglo XIX, debido al deterioro del lugar, se decidió su traslado, en 1862, primero a la parroquia de Calvià y después al recién edificado oratorio de Portals Nous.

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