El cuidado de la boca

Los andalusíes se preocuparon mucho de su aliento, buscando que estuviera siempre perfumado; la cantidad de recetas para combatir el mal aliento que se descubren en los recetarios médicos consultados lo revela como una auténtica estadística.

Entre otros cuidados, el mal aliento se combatía evitando comer ajos y cebollas. También con pastillas perfumadoras a base de clavo, nuez moscada, almástiga, madera de naranjo y de cilantro, añadiéndose jarabe de cáscara de toronja. Otro de los dentífricos para perfumar el aliento se elaboraba a base de juncia, cortezas de cidra, nardo, clavo, nuez moscada, "sukk" (medicamento compuesto de almizcle, mirobálano émblico o nuez de agalla y uva pasa, según Ibn al-Hachcha.

Otros autores incluyen entre sus componentes aceite de alhelí, aceite de oliva y también jugo de dátiles. Según el médico al-Räzï, este medicamento elimina el olor de la sudación), agáloco, canela, hinojo, cidra, cardamomo pequeño, cubeda y almizcle; pulverizándolo todo y frotándose los dientes con este preparado.

También se podían amasar estos polvos con agua de manzana y hacer unas pastillas que, introduciendo una de ellas en la boca por la mañana, perfumaba el aliento durante toda la jornada.

Fuente: http://www.webcciv.org/cultura/sharq/sharq_legado_gastronomia.htm#3

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