Calvià bajo dominio eclesiástico

Iglesia parroquial de Sant Joan Baptista (Calvià)
Iglesia parroquial de Sant Joan Baptista (Calvià)

Calvià forma parte de las propiedades que recibe el obispo de Barcelona por su participación en la conquista de Mallorca.

Tras la conquista  de Mallorca se inicia el reparto de la isla entre la gente que ha participado en la expedición. La toma de la ciudad al asalto ha conllevado un primer periodo de caos y confusión que no se estabiliza hasta la ocupación total de la isla.

Para facilitar el reparto se forman cinco grupos comandados por Nunó Sanç, el conde de Ampurias, el grupo del vizconde de Bearn (antigua partida de los Montcada, fallecidos en la batalla de Santa Ponça), el del obispo de Barcelona y el del propio monarca. Cada uno de estos velaba por la distribución entre su gente.

El obispo de Barcelona, Berenguer de Palou, ya ha formado parte del reducido grupo de personas que, en las cortes de Barcelona de 1228, recibe el encargo de fijar los términos del reparto y las aportaciones de cada estamento en la campaña.

En el tercer viaje de Jaume I a la isla se firma un documento de reparto con fecha 1 de julio de 1232. En ese momento, Berenguer de Palou obtiene los territorios donde después se edificarán las poblaciones de Andratx, Estellençs, Puigpunyent y Calvià, además de las tierras de Marratxí, en el centro de la isla, y del barrio ciudadano marinero de Santa Creu.

El asentamiento en estos espacios conlleva la creación de estructuras urbanas  dotadas de servicios, la cesión del diezmo a la iglesia mallorquina y la obligación de contribuir a la defensa de la isla. El obispo Palou deberá dotar siete caballos, con sus respectivos equipos y jinetes, a un ejército de cien, estipulado por el gobierno de isla. Obligación que asume en un documento de diciembre de 1235.

Una bula del papa Inocencio IV, de abril de 1248, refuerza la presencia de las iglesias de toda la isla, poniéndolas bajo su protección. Por entonces ya se han creado las iglesias de Santa María de Andratx, Santa María de Puigpunyent y Sant Joan de Calvià, alrededor de las cuales se organizan los núcleos urbanos que conforman las actuales poblaciones.

Cuatro décadas más tarde Calvià ha tomado cuerpo y está dotada de alcalde, en representación  del obispo de Barcelona. La adscripción eclesiástica de Calvià le permite mantenerse al margen de las regulaciones administrativas de las villas que pone en marcha Jaume II hacia el año 1300. El celo del obispo sobre la organización de sus propiedades se pone de manifiesto en la abierta oposición que mantiene con el rey  en la pretensión de construir un hospital en La Palomera (Andratx).

Convertida en baronía, Calvià alberga una población dispersa, que se concentra en las alquerías y los rafales. Con el establecimiento del Pariatge, el obispo de Barcelona y el rey están representados por un Batle Major, cuyo nombramiento era alternativo, una vez por el obispo y otra por el rey. Además del Batle Major y los alcaldes locales, la baronía dispone de juez, abogado fiscal, notario o escribano y alguacil.

Con posterioridad, a mediados del siglo XIV, ya aparecen otras figuras como el capitán de la defensa del territorio, que estaba encargado de dirigir a los hombres de armas de las tres localidades de la baronía.

La primera parroquia de Calvià acogió durante buena parte de los siglos XIII y XIV, las reuniones del consejo municipal, hasta que el obispo ordenó cesar esta práctica.

La historia de Calvià durante la época medieval quedará señalada por tres acontecimientos que influirán en la historia de la isla: el desembarco de Jaime I en Santa Ponça, la llegada del príncipe Alfonso III, el Liberal, a Sa Porrassa, en 1285, y la de Pedro IV el Ceremonioso, en 1343, a Peguera y Santa Ponça, que culminará con la anexión de Mallorca a la Corona de Aragón.

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