Ermitorio de Sant Pau

A tres kilómetros de Albocàsser, en el cruce de las carreteras de Torre d’En Besora y de Vilafranca, se halla el ermitorio de Sant Pau, declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en 1979. El santuario se ubica en un bello paraje, a la sombra de frondosos árboles y formando un notable conjunto arquitectónico.

El lugar está dotado de todo tipo de relatos que lo unen a la figura del apóstol san Pablo. Unas, sin fundamento histórico, le atribuyen su paso por este territorio. Otras, más enraizadas en la tradición, explican que a finales del siglo XVII el santo se apareció en este paraje a unos hombres tullidos y enfermos que se bañaban en una charca fangosa; su intervención milagrosa hizo que las turbias aguas quedaran limpias y los enfermos sanos. En la replaceta central del conjunto arquitectónico se halla el pozo cuyas aguas purificó San Pablo, según la leyenda.

Al lado de una antigua capilla, hoy inexistente, se construyó una hospedería, a finales del siglo XVI. El patio central porticado da acceso al prado, al templo a la cocina, chimenea y antiguas cuadras. Por la escalera en piedra, de tradición gótico-catalana, se alcanzan las dependencias superiores con una sala de reuniones, decorada con pinturas murales del primer tercio del siglo XVII.

Las obras de la hospedería se acabaron en 1617, aunque en el siglo XVIII se amplió con las dos salas laterales con porche. En 1626 recibió el reconocimiento de Felipe IV, que le concedió derecho de amortización y sello.

La ermita es un templo de reducidas dimensiones, de nave única, sin capillas laterales, con cubierta de bóveda de crucería, terminado a principios del siglo XVII. El coro alto está fechado en 1608. La joya de la capilla es el presbiterio, decorado entre 1687 y 1690 con pinturas de Vicente Guilló que representan escenas de la vida de san Pablo y alegorías de su gloria.

Albocàsser celebra romería a Sant Pau el tercer día de Pascua de Pentecostés, con misa en la ermita, comida en el paraje y bailes populares.